Contigo hurto
fragancias a esta seca primavera
para llover
contigo marzos y abriles mil.
Ahora sí podemos
revestir de versos
los encuentros
tenues de fugaces vientos.
Será una tarde,
primavera añil
en las alfombras
rojas del salón oscuro.
Será, primero,
como un deseo
impetuoso que vuelca el ánimo,
una febril escena
de encadenados besos.
Será, después,
como un remanso de
caricias verdes,
escuetos labios
sobre la piel desnuda.
Y llegaremos, juntos,
a las 55 horas,
al final que
amantamos.
Llegaremos juntos
sin hurtar
fragancias a esta húmeda primavera.
Marzo, 2013